De las posibilidades de educar para la Libertad.

En la trama de la reflexión, acción esta que rompe con la angustia del metadato y posibilita al estilo de Platón un diálogo fluido y sin velos de rangos, cabe preguntarse a propósito de la enseñanza para ser libre en la escuela y por tanto reflejarlo al resto de la sociedad, ¿la escuela está auspiciando en sus estudiantes, que estos sean verdaderamente críticos?. En contexto, luego de dos años en “trincheras “familiares y con altas cifras deficitarias para con los procesos cognitivos; con una fuerte angustia en todos los niveles de educación para buscar dentro de una malévola lógica de responder a unos estándares, no podemos negar interpelarnos de la siguiente manera:
¿Cómo sabe un estudiante lo que le están enseñando?, ¿Nuestro estudiante está en condiciones de captar aquello que se ofrece en la escuela?, ¿es capaz de internalizarlo?, ¿puede entonces hacer uso público de su razón?, ¿es capaz de darse cuenta desde donde le están hablando?, ¿es posible que evidencie argumentativamente si se le manipula?, ante la vertiginosa carrera titilante de información, ¿Qué papel cumple la lectura como vehículo del conocimiento?
Es imperativo que la sociedad se mueve en la incertidumbre, pero la misma no deja de ser sensible, curiosa y comunicativa. Estas dimensiones están en el orden cotidiano de la escuela y en esencia en la interacción y las mediaciones. Es el tacto del docente quien posibilita el cultivo de la libertad cuando permite recuperar el lenguaje como forma de diálogo e inteligencia, lo cual es común a todos sus estudiantes, cuando hace gala de la combinación de esas dimensiones y genera un clima de aula rico con el aire semántico de cada estudiante; ahora nuestro estudiante habla, se expresa, se mueve en la posibilidad que la escuela le ha generado al disolver ese quiste que la misma sociedad del consumo se ha encargado en implantar.
A buena hora empiezan a emerger propuestas disruptivas que consideraran a la persona humana en toda su integralidad para que las misma respondan a una nueva lógica relacional. Dos años de claustro ha permitido aproximarnos al ámbito privado de nuestro estudiante y darnos cuenta de la cantidad de pegamento desplegado en sus cerebros, estudiantes prácticamente heterónomos, sin voces, nuevos esclavos de la hiperconectividad, el imperio de lo efímero intenta devorarlos, le compete a la escuela y sobre todo al maestro, traerlos de vuelta en la lógica del aire semántico que nos brinda la lectura.

Reinaldo Rico Ballesteros. Líder Apropiación Social del Conocimiento y DTeI.

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