El imaginario del Ciudadano en el ámbito de lo público

Para los paradigmas socio-críticos, la cultura y el desarrollo de la sociedad no puede quedarse en la concepción mezquina de la instrumentalización, sino antes por el contrario, valorar al ser, máxime si el hombre es visto en toda su dimensión como un sujeto que vive y se desarrolla en comunidad, en donde construye tanto su ser, sentir y su hacer; para ello han de facilitarse las condiciones para la construcción  de un ciudadano en  y para el ámbito de lo público a partir  de un referente curricular  fundamentado en considerar la dimensión humana que subyace en la estructura epistémica, puesto que al decir de Cortina, A (2006)

Ha costado mucho aprender que la libertad es superior a la esclavitud, la igualdad a la desigualdad, la solidaridad a la exclusión, el respeto activo al desprecio, la responsabilidad por lo vulnerable al abandono. Ha costado mucho aprenderlo y, sobre todo, son éstos valores en los que resulta imposible indoctrinar, si se ofrecen bien, porque por su misma naturaleza educan para forjarse un universo abierto.

En consecuencia, los nuevos paradigmas por los que empieza a moverse la educación y la cultura, también empezó a afectar el quehacer  docente de las ciencias humanas e igualmente el ámbito de la filosofía y el derecho. Desde la acción comunicativa, entendemos la inminente necesidad de un proceso de interacción y comunicación entre los sujetos, quienes poseedores de un acervo cultural, buscan ser reconocidos como sujetos pensantes; desde este ámbito, acercar al estudiante a la reflexión crítica, como quehacer cotidiano, posibilitando una organización del pensamiento, una cultura del debate en el ámbito de lo público y la construcción a múltiples manos de una ciudadanía global. Este  propósito ha de tener en cuenta los contextos cognitivos, social y cultural, sin perder de vista  el análisis de la formación humana como dimensión de la pedagogía, en una construcción permanente y por tanto cada postulado en el tiempo y el espacio, generará su negación y un cambio de estructura.

A partir de la imperiosa necesidad de formar un ciudadano, desde el ámbito de las Ciencias Humanas y su trascendencia no solo curricular sino para con su entorno local, nacional y global, creemos que este empeño está sustentado en la democracia y la ciudadanía, a partir de las cuales se busca formar sujetos autónomos y críticos, que puedan participar en cada una de las instituciones de la sociedad civil, partiendo de lo inmediato: familia y escuela, con capacidad de ejercer colectivamente o en asociaciones, el poder de control sobre la esfera del Estado y que pueda en su condición y formación, resolver pacíficamente los conflictos.

Autor: Reinaldo Rico Ballesteros. Líder Apropiación Social del Conocimiento. Universidad de la Costa. CUC.

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