La evaluación posee una dimensión ética.
Mg. Rober Miranda Acosta.
La evaluación debe dejar de ser un proceso para estigmatizar: etiquetar quién es bueno para o quien es malo para determinada actividad. No debe dejar a un lado la complejidad del “objeto” evaluado en este caso la educación. El evaluador debe saber que se busca cuando se diseña, se implementa, se evalúa y se toman decisiones. Debe tener claro cuál es su Ítaca donde quiere llegar, las metas que desea materializar. Una evaluación de calidad depende del grado de pertinencia con el objeto evaluado relacionados con el contexto donde se da. De ahí que no existan evaluaciones que sean absolutamente mejores que otras.
La evaluación posee una dimensión ética tal como lo afirma Santos Guerra (2000).Para él, el docente se ubica como protagonista de su propia reflexión en su quehacer pedagógico, la relación consigo mismo y con sus estudiantes gracias a su concepción y practicas evaluativas. En palabras de Santos Guerra (2003): “por el modo de practicar la evaluación podríamos llegar a las concepciones que tiene el profesional que la práctica sobre la sociedad, las instituciones de enseñanza, el aprendizaje y la comunicación interpersonal” (p. 69). Es decir, su accionar revela todo un aparato ideológico que va desde lo individual hasta lo social.
A modo de conclusión, la evaluación debe abarcar toda la complejidad que involucra el proceso educativo. Debe ir más allá de un simple momento o de la simple selección de un instrumento. Este proceso debe generar una cierta cantidad de información en relación con lo que se desea evaluar por medio de diversas metodologías. El cuidado en su aplicación (elección del momento, características de la situación, clima creado para su realización, etcétera) también incidirá en la validez y confiabilidad de los datos que se obtengan. Así mismo, el docente debe abrir nuevos caminos hacia nuevas concepciones y practicas evaluativas que sean coherentes, pertinente y significativos con los contextos socio-económicos y las dimensiones ética, axiológica, sicológica, cultural y cognitiva del educando.