La corresponsabilidad para con la Ciencia: Entre utopĂas y dolientes.
Es imperativo, que en un paĂs como Colombia, la Ciencia se constituya en la variable a considerar para los retos que a nivel global se desprenden en la relaciĂłn naturaleza y hombre. El proyecto inacabado de modernidad y las variaciones estructurales del conocimiento hacen un llamado a esta naciĂłn para la bĂşsqueda de caminos hacia el fortalecimiento de un Estado Social de Derecho, lo cual implica, responsabilidad estatal en la proyecciĂłn de los esquemas investigativos.
Sin duda alguna, la generaciĂłn y sentido del conocimiento y la ciencia van de la mano, al menos desde el plano utĂłpico como se presentĂł para el año 1994, cuando efectivamente una MisiĂłn de Sabios, señalarĂa la hoja de Ruta para el progreso de la naciĂłn, pero la misma quedarĂa marginada por situaciones del orden de las polĂticas pĂşblicas.
Sin desconocer los hitos por los cuales transita una naciĂłn “A pesar de sĂ misma”, como la colombiana, se resiste y hace un llamado a ilustres personalidades que tienen una arista en comĂşn: El desarrollo de la Sociedad fundamentado en el quehacer cientĂfico y construyen un horizonte a partir de la lectura del paĂs sobre los grandes ejes o tĂłpicos por donde ha de transitar la ciencia. Con un llamado de corresponsabilidad estatal para dar el salto en materia de los rubros que se destinan a ciencia desde PIB y regalĂas, pues la evidencia señala que la inversiĂłn estatal es marginal y solo con una proyecciĂłn en el PIB de 0,24%, llegar a 1.5%, en ese mismo orden con las regalĂas, para poder invertir en los Centros de InvestigaciĂłn.Â
Si bien los datos de la Ăşltima convocatoria de MINCIENCIA respecto a la mediciĂłn de los grupos de investigaciĂłn, la ubicaciĂłn de la divulgaciĂłn de sus productos, el nivel de clasificaciĂłn de los mismo, la mirada de grupos por zona e incluso los rubros destinados a la ciencia, entre otros dan cuenta de un esfuerzo por parte de las universidades por visibilizar su quehacer y la brecha de inversiĂłn estatal para la financiaciĂłn de procesos estructurales de inversiĂłn.
Si bien el trabajo de las universidades es tangible, no menos cierto es la posibilidad de alinear esfuerzos con lo que se hace en los centros de investigaciĂłn autĂłnomos y la proyecciĂłn que se revela en el documento de los sabios, como es el hecho de la biotecnologĂa,  bio economĂa, medioambiente,  ciencias de la vida y la salud, energĂa sostenible,  ocĂ©anos y recursos hidrobiolĂłgicos, ciencias básicas y del espacio, ciencias sociales, desarrollo humano y equidad, industrias creativas y culturales,  tecnologĂas convergentes e industrias; es decir, todo un conjunto de  sectores estratĂ©gicos en los cuales el paĂs debe centrar todo el esfuerzo de investigaciĂłn e innovaciĂłn.
En este sentido, si bien los Centros AutĂłnomos, vienen trabajando en ámbitos que bajo la denominaciĂłn de MINCIENCIAS, se corresponden con: ingenierĂa y tecnologĂas, en un estimativo nacional de 45%; en tanto que para lo que corresponde a Ciencias MĂ©dica, se establece un estimativo del 17%. En ese orden de ideas, para Ciencias Naturales se establece un 22%. En lo que respecta a Ciencias Agropecuaria, se corresponde con un 8%; en tanto que para TecnologĂa e InnovaciĂłn, Humanidades y Ciencias Sociales, representan el 3% por cada dimensiĂłn de intervenciĂłn.
Esta acciĂłn de los Centros de InvestigaciĂłn autĂłnomos, posibilitan la canalizaciĂłn de los esfuerzos de entidades privadas y en menor grado de pĂşblicas,  quienes ven en la Ciencia, la posibilidad de realizaciĂłn de diversas comunidades, pues si la mirada está en concebir la ciencia como un bien pĂşblico, no menos cierto es que la misma se ha abordar desde cada uno de estos centros e inclusos nuevos, donde prevalezca la concepciĂłn de un desarrollo humano sostenible y con equidad, que posibilite entonces la aprehensiĂłn de conocimientos básicos en el ámbito de la economĂa , tecnologĂas, industrias, entre otras que posicione no solo a las regiones sino a toda una naciĂłn; pero para ello, se requiere de una fuerte inversiĂłn no solo privada sino, publica, para que la misma se desglose en los nĂşcleos educacionales con miras a la concreciĂłn de una sociedad del conocimiento; por ello no es gratuito que se señale lo imperativo de una inversiĂłn sustancial para Ciencia y TecnologĂa e InnovaciĂłn y no morir en el intento. De un 0,24% de inversiĂłn del PIB es inminente un salto cualitativo del mismo de 1.5%; en ese orden de ideas, de los recursos de regalĂas, que efectivamente son sustantivos para la dinamizaciĂłn de la ciencia se pase del 10% al 25%, todo ello soportado en los nĂşcleo de intervenciĂłn propuestos por la MisiĂłn de los Sabios y haciendo de MINCIENCIAS no solo el Ăłrgano regulador de la operatividad de los Centros de InvestigaciĂłn y su acciĂłn de parametrizaciĂłn, sino el puente de articulaciĂłn con sectores de la academia que vienen trabajando con sus respectivos grupos de investigaciĂłn, para hacer de la ciencia, el motor de cambio.
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Autor: Reinaldo Rico Ballesteros. LĂder de ApropiaciĂłn Social del Conocimiento. Universidad de la Costa.