La información y su influencia en la opinión pública
Jader Igirio Tesillo
Profesor Universidad de la Costa
El ser humano contemporáneo se encuentra invadido por un flujo de información que se produce con una velocidad impresionante y, a veces, difícil de clasificar. La información que le llega al ciudadano viene de los distintos espacios de socialización a través de los “Mass Media”, incluyendo en ellos los “Social Network”, porque también ahí la propaganda comercial ejerce su influencia en la opinión pública, con tal de convertirla en simple opinión informal. “Según los cálculos de Ignazio Ramonet, durante los últimos treinta años, en el mundo se ha producido más información que durante los cinco mil años anteriores, mientras que un solo ejemplar de la edición dominical del New York Time contiene más información que la que una persona culta del siglo XIX consumía durante toda su vida” (Bauman 2007, p.61).
Este aspecto desmedido del aumento de la información es utilizado por los partidos políticos, ya que la política de este tiempo es sobre todo una política mediada por los Mass Media (o como lo llama Manuel Castell: la comunicación socializada) como una forma de influir en la opinión pública para condicionar su decisión electoral. Es una práctica común en los medios de comunicación de masas que se conoce como “indexing”, mediante el cual los periodistas y redactores limitan el abanico de opiniones y temas políticos sobre los que informan a los que se expresan dentro de la corriente dominante del sistema político (Bauman, 2007).
Pero el aspecto más importante no es el influjo que ejercen los medios de comunicación de masas en los individuos, a través de la cantidad de información que pulula en ellos, sino la ausencia de contenidos veraces que se transmiten para condicionar la opinión pública. La ausencia de contenidos veraces en los Mass Media es una estrategia usada por los partidos políticos, para influir en los procesos electorales. Porque en definitiva los medios de comunicación de masas no son los depositarios del poder, pero en conjunto constituyen el espacio en los que se decide el poder.
La situación política mediática estimula la incredulidad en el proceso democrático, pero no es una responsabilidad que se puede descargar sólo sobre los Mass Media, ellos sólo son parte del flujo del poder de los partidos políticos sobre la opinión pública, para controlar los resultados electorales o su posición publicística, a través de la información suministrada. Nos enfrentamos así a una gran crisis mundial de legitimidad política que crea opiniones informales (desde el punto de vista de Habermas, 2016). Bauman (2007) citando a George Orwell nos recuerda: “En nuestra época, el lenguaje oral y escrito de la política es casi siempre un defensa de lo indefendible. El lenguaje político -y con variaciones, esto ocurre en el caso de todos los partidos políticos, desde los conservadores hasta los anarquistas- está destinado a lograr que las mentiras suenen como verdades y el asesinato como algo respetable, y a dar al viento apariencia de solidez”(p.160).
Referencias
Bauman, Z. 2007. Vida de Consumo. México D. F: Fondo de Cultura Económica.
Habermas, J. 2016. Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública. España: Editorial Gustavo Gili, SL.