Una Aproximación conceptual para abordar el Clima Escolar

El clima escolar bajo los postulados de Milicic, 2012 p. 23),  es uno de los factores primordiales en el éxito del proceso educativo, por lo que se debe promover y desarrollar al interior de la institución educativa, este se constituye en uno de los retos que los centros educativos tienen en la actualidad. Sin embargo, la sola aprehensión conceptual causa incertidumbre al interior del centro formativo, pues el mismo devela como se estructura una organización educativa en cada uno de sus componentes. Bajo ese espectro, la Real Academia de la lengua española lo relaciona con el ambiente, de igual manera hace alusión al  conjunto de condiciones de cualquier género que caracterizan una situación con su consecuencia, o de circunstancias que rodean a una persona, lo que se relaciona muy estrechamente con el espacio vital al que hace referencia la teoría de campo de Kurt Lewis, como a las concepciones de Bronfenbrenner que explica la importancia de los ambientes en el desarrollo, esto como un cambio perdurable en el modo en que el niño percibe el ambiente que lo rodea y el modo en el que se relaciona con él.

Según González Galán (2000) el concepto de clima se trata de un término ambiguo y amplio, por ello, señala en autor en referencia que “la utilización del concepto clima en educación se debe al influjo de otras tres ciencias: Sociología, Psicología y Ecología. La sociología se centra en los elementos relacionales y culturales del ambiente, donde la escuela se define como un sistema cultural de relaciones sociales entre familia, profesores, alumnos e iguales. (Anderson, 1982). La psicología ambiental (Holland, 1973) estudia la influencia del ambiente sobre la cultura, mientras que la sociología ecológica (Bronfenbrenner, 1976) estudia la influencia de los factores ecológicos con relación al ser humano. Por su parte la ecología se encarga del estudio de los ecosistemas y, si bien no es un tema utilizado en educación, Ascencio (1992) afirma que debemos hacer una similitud entre los centros escolares o los sistemas sociales en general, y los ecosistemas, puesto que ambos se caracterizan por apertura, dinamicidad, provisión de mecanismos de autorregulación, interacción de sus elementos constituyentes, entre sí y todos los sistemas adyacentes, susceptibles de modelación matemática”, Citado por Coral González (2003).

En términos de Chaux, (2012), el clima escolar se refiere a las relaciones entre docentes, estudiantes, directivas, docentes con funciones de orientación, personal de apoyo, familias y personal administrativo, incluyendo una diversidad de aspectos que lo hace particular a cada establecimiento educativo y depende de diversas variables como la forma de su organización, el tipo de liderazgo que se ejerce a su interior por parte de sus directivas, el tamaño en cuanto al número de miembros de la comunidad educativa y sus características personales y sociales, así como el contexto en el que está inmerso.

Por su parte Burgos (2012), afirma que el clima escolar debe estar caracterizado por “favorecer un clima de respeto en las relaciones interpersonales con la población estudiantil que trascienda el espacio físico y el contexto institucional”; igualmente considera que el clima escolar, se debe ver y entender como aquel ambiente agradable que garantiza la tranquilidad de los estudiantes y docentes durante su permanencia en la institución, así como las buenas relaciones que se establecen entre sus miembros; este se evidencia en la cotidianidad de los espacios escolares debido a que “la escuela es el lugar institucionalizado del encuentro maestros alumnos”…(Burgos, 2012, p 36).

 

Al respecto burgos (2012 p. 32) señala también,  que la educación se debe contextualizar teniendo en cuenta las condiciones propias de cada lugar, con una misión educativa de acción orientadora, crítica y reflexiva en el que el punto de partida sea que el estudiante y el maestro comprendan, aprendan y vivan su contexto geográfico, cultural, social, histórico con las particularidades de sus problemas, necesidades y sueños. Considera que un clima escolar es nutritivo cuando las relaciones entre estudiantes y docentes se llevan bien, hay acercamiento, confianza, respeto y se muestra un afecto mutuo entre ellos, lo que permite gozar de un clima agradable y disfrutar de las buenas relaciones entre estudiantes y docentes.

Arón y Milicic (1999) proponen dos nomenclaturas para referirse al clima escolar, se refieren a un clima escolar tóxico cuando los estudiantes perciben al colegio como un lugar rígido, injusto y centrado en las descalificaciones entre sus agentes, lo que se asocia a mayores niveles de estrés, irritación, depresión, falta de motivación por parte de los estudiantes y a altos índices de violencia escolar. En cambio, hablan de un clima escolar nutritivo cuando los estudiantes perciben justicia, reconocimiento y apoyo en el establecimiento educativo trayendo como consecuencias el favorecimiento de una convivencia pacífica, motivación hacia las actividades educativas y moderación de los problemas psicológicos.

Howard et al. (2012) caracterizan las escuelas con clima escolar positivo como aquellas donde los profesores y alumnos tienen las condiciones que les permiten mejorar en forma significativa sus habilidades, conocimientos académicos, sociales y personales, y tienen la sensación de que prevalece al interior de la escuela una atmósfera de respeto mutuo. Se cree que lo que el otro hace está bien y lo que dice es verdad. Hay deseos de cumplir con las tareas asignadas y las personas tienen autodisciplina y cohesión, ejerciéndose un alto nivel de atracción sobre sus miembros, prevaleciendo un espíritu de cuerpo y sentido de pertenencia.

Al respecto Maturana (2013), considera que el clima escolar hace parte del proceso enseñanza aprendizaje y por ello todos los actores deben velar por un ambiente sano lo que se refleja en el actuar y sentir del estudiante dentro y fuera del aula. “No solo se transmiten conocimientos, sino que también se vive y convive, por lo que desde allí es que se debe visualizar el nuevo escenario educativo y pedagógico, desde el eje de la construcción de valores que es el fundamento de toda socialización humana, porque abre un espacio para el otro o la otra como es, y desde allí disfrutar sus compañías, en la creación del mundo común que es la sociedad”. (Maturana, 2013, p. 16).

De igual forma Pérez Mirna (2013, p. 3) considera que existen factores que definen el clima escolar, por ejemplo:”(…) el liderazgo democrático de los directivos, la corresponsabilidad de todos los agentes educativos, la comunicación afectiva y dialógica dentro de la institución, las relaciones respetuosas y acogedoras entre los miembros de la institución y las relaciones participativas con el entorno escolar”; en tanto que para Rodríguez (2004 pp,1-2), el clima escolar puede ser entendido “como el conjunto de características psicosociales de un centro educativo, determinado por todos aquellos factores o elementos estructurales, personales y funcionales de la institución que, integrados en un proceso dinámico específico confieren un peculiar estilo o tono a la institución, condicionante, a su vez, de los distintos productos educativos”.

Pues bien, la reflexión no se agota que este conjunto de referencias, sino que la mirada de contexto luego de más de dos (2) en un relativo confinamiento y luego de decretarse el retorno a la presencialidad, evidenciamos la oportunidad de fortalecer el Clima Escolar.

Autores:

Bolisander Meza Barros

Magíster en Educación por la Universidad de la Costa CUC. Especialista en Estudios Pedagógicos por la Universidad de la Costa – CUC. Administrador de empresas por la Universidad del Atlántico. Rector de la IED Rodolfo Llinás Riascos de la ciudad de Barranquilla.

David Maury Silva

Magíster en Educación por la Universidad de la Costa CUC. Especialista en Estudios Pedagógicos por la Universidad de la Costa – CUC. Contador Público por la Universidad Autónoma del Caribe. Docente de la Corporación Universitaria Latinoamericana –CUL (Barranquilla).

Reinaldo Rico Ballesteros. Líder de Apropiación Social del Conocimiento. Universidad de la Costa CUC.

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