Competencias docentes en educación superio un propósito permanente
Marcial Conde Hernández
En la actualidad, las competencias docentes en la educación superior se han convertido en un eje fundamental para garantizar procesos de enseñanza-aprendizaje significativos, pertinentes y contextualizados. El docente universitario ya no puede limitarse a ser un transmisor de conocimientos especializados; se espera de él un perfil integral que combine dominio disciplinar con competencias pedagógicas, comunicativas, tecnológicas, investigativas, administrativas y éticas. Estas competencias permiten responder a las transformaciones sociales, culturales y tecnológicas que atraviesan a las instituciones de educación superior, así como a la diversidad de trayectorias, saberes y expectativas del estudiantado.
La planificación didáctica, la gestión del aula, la evaluación formativa, el uso pedagógico de las TIC, el fomento del pensamiento crítico y la formación en valores son solo algunas de las dimensiones que configuran el rol docente en este nivel educativo. Además, las competencias deben construirse desde una perspectiva reflexiva y situada, reconociendo que la labor docente implica una constante revisión de la práctica, apertura al diálogo interdisciplinario y compromiso con la mejora continua.
La formación y el desarrollo profesional docente, tanto inicial como permanente, son indispensables para fortalecer estas competencias y garantizar que la educación superior cumpla su función social de formar ciudadanos críticos, creativos y comprometidos con su entorno. La universidad del siglo XXI exige educadores capaces de innovar, de generar ambientes inclusivos y de construir saberes junto a sus estudiantes, posicionándose como mediadores activos y con alta idoneidad en el proceso educativo. Por tanto, las competencias docentes en la educación superior no solo son deseables, sino que constituyen una necesidad urgente ante los desafíos contemporáneos de la sociedad del conocimiento.
