De la inclusión a la innovación: transformando aulas con IA, DUA y Robótica
La inclusión y la equidad son pilares fundamentales para construir una sociedad más justa, solidaria y cohesionada. Una educación inclusiva asegura que todos los estudiantes, independientemente de sus condiciones o circunstancias, tengan acceso a oportunidades de aprendizaje que potencien su desarrollo integral.: esto no solo contribuye al progreso individual, sino que también fortalece la cohesión social y reduce las brechas de desigualdad, favoreciendo una convivencia más armónica y equitativa.
La educación inclusiva no es solo un mandato legal, es, ante todo, un compromiso ético y humano con el derecho de cada persona a ser reconocida y valorada en su singularidad. Por ello. las instituciones educativas se ven en la obligación y necesidad de poder proporcionar las herramientas necesarias a docentes y estudiantes que hacen parte de la comunidad educativa para suplir con lo requerido por cada persona; al implementar herramientas como el DUA y el PIAR, junto a ciertas prácticas pedagógicas con los principios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las instituciones educativas no solo abren puertas a estudiantes con necesidades específicas, sino que transforman sus espacios en entornos donde la diversidad se convierte en una fortaleza.
Sin embargo, la inclusión no debe verse como un destino, sino como un proceso continuo que requiere la participación de todos los actores educativos: docentes, familias, directivos y la sociedad en general. Como señalan Booth y Ainscow (2002), la inclusión se trata de transformar las culturas y prácticas escolares para que respondan a la diversidad de su alumnado, mientras que autores como Mel Ainscow y Tony Booth resaltan la importancia de construir sistemas educativos que promuevan la equidad desde el respeto a las diferencias individuales.
En esta línea, la tecnología y la innovación educativa emergen como herramientas clave para abordar los desafíos de la educación inclusiva. Los avances en la construcción de la inteligencia artificial (IA) permiten a los docentes optimizar sus planeaciones de clase, dando la oportunidad a ofrecer recursos adaptativos, ciertas plataformas de IA pueden no solo crear clases, sino, que también pueden analizar datos sobre el rendimiento académico y estilo de aprendizaje de los estudiantes.
La robótica, por su parte, ofrece una oportunidad invaluable para integrar la inclusión y la innovación en las aulas de primaria. Trabajar con robots y herramientas de programación básica fomenta el desarrollo de habilidades del siglo XXI, como la resolución de problemas, el pensamiento crítico y la colaboración. Además, la robótica puede adaptarse a estudiantes con diferentes capacidades.
Reflexionar sobre estas posibilidades implica entender que los cambios profundos en la educación no ocurren de forma espontánea ni rápida. Requieren de voluntad, recursos y, sobre todo, una mirada comprometida con la equidad, la IA, la robótica y las herramientas pedagógicas inclusivas como el DUA y el PIAR no son soluciones aisladas, sino piezas de un ecosistema educativo que busca transformar vidas y construir comunidades más justas. Apostar por estas tecnologías e innovaciones es sembrar las bases para un futuro en el que la diversidad no divida, sino que se fortalezca, y donde la educación no solo sea un derecho, sino también una experiencia transformadora para todos los estudiantes.
Autores:
Girón Polo Shariff , Junco Camaño María Alejandra y Marenco Polo Georgina Cecilia –
Estudiantes de VI semestre – Lic. en educación básica primaria
Mgtr. Sonnyer Martínez Moreno – Docente Universidad De La Costa, CUC. Docente Desafíos y Tendencias de la Educación Universidad de la Costa (CUC)
