Educación crítica: el camino hacia un mundo sostenible
Mg. Rober de Jesús Miranda Acosta
Universidad de la Costa
Institución Politécnico de Soledad
«La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.»
— Nelson Mandela
En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las instituciones educativas en Colombia tienen un papel esencial en formar ciudadanos capaces de reflexionar, analizar y actuar de manera responsable frente a los desafíos globales. De ahí que, el pensamiento crítico se convierte en una herramienta fundamental para alcanzarlo. Este tipo de pensamiento permite a los estudiantes cuestionar las realidades existentes, valorar alternativas y tomar decisiones informadas. En este sentido, los docentes pueden integrar actividades como el análisis de casos relacionados con problemas ambientales, sociales y económicos, desafiando a los jóvenes a proponer soluciones innovadoras y sostenibles.
En primer lugar, para fomentar el pensamiento crítico, es clave generar espacios donde los estudiantes puedan debatir y contrastar ideas de manera informada. Por ejemplo, en las clases de ciencias sociales, se pueden organizar debates y mesas de trabajo sobre cómo las desigualdades económicas afectan el cumplimiento del ODS 1 (Fin de la pobreza) o el ODS 10 (Reducción de las desigualdades). Igualmente, en ciencias naturales, se pueden diseñar proyectos que analicen los impactos del cambio climático en comunidades locales, conectando esto con el ODS 13 (Acción por el clima). Estas estrategias no solo desarrollan el pensamiento analítico, sino que también fomentan la empatía y el compromiso social.
En segundo lugar, la interdisciplinariedad es una herramienta poderosa para vincular los ODS con el aprendizaje crítico. Asignaturas como lengua y literatura pueden incluir el análisis de textos que aborden temas como la justicia social o la sostenibilidad, mientras que en matemáticas se pueden interpretar datos sobre el acceso a recursos esenciales en diferentes regiones del país. Al unir estas perspectivas, los estudiantes desarrollan una visión más completa de los problemas y entienden cómo abordarlos desde múltiples ángulos, fortaleciendo su capacidad de tomar decisiones fundamentadas.
A modo de conclusión, promover el pensamiento crítico en las aulas no solo prepara a los estudiantes para enfrentar los desafíos de un mundo complejo, sino que los empodera como agentes activos en la consecución de los ODS. Además, el integrar debates, proyectos interdisciplinarios y análisis reflexivo en el currículo, las instituciones educativas no solo contribuyen al desarrollo sostenible, sino que también forman una generación capaz de transformar su entorno con creatividad, responsabilidad y compromiso. En este proceso, la educación se consolida como el eje central para construir un futuro más justo, equitativo y sostenible. En otras palabras, “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.» Nelson Mandela