El Aprendizaje Socioemocional: Una Herramienta Clave Para La Educación Integral

Durante mucho tiempo, el sistema educativo se concentró casi por completo en los logros académicos. Sin embargo, quienes trabajamos en el aula sabemos que enseñar va mucho mÔs allÔ de transmitir conocimientos. Cada día convivimos con emociones, historias y desafíos que también influyen en el aprendizaje. Por eso, el aprendizaje socioemocional (ASE) se ha convertido en una pieza esencial para formar personas íntegras y preparadas para la vida, no solo para los exÔmenes.

El ASE pretende desarrollar en los alumnos la capacidad de identificar lo que sienten, regular sus emociones, comprender lo que siente el otro y resolver situaciones adecuadamente. No es una asignatura mĆ”s para el currĆ­culo, sino para humanizar la educación. Tal como plantea el Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning (CASEL), las competencias del aprendizaje socioemocional —autoconocimiento, autorregulación, conciencia social, relaciones sanas y decisiones responsables— son la base de una educación que cuida tanto la mente como el corazón.

La experiencia demuestra que un estudiante que se siente bien aprende mejor. En las clases hemos visto cómo el Ônimo, la seguridad y la confianza pueden cambiar por completo la actitud frente al estudio. Y no es idealizar la felicidad, sino generar espacios donde el estudiante se sienta comprendido

Según Durlak y sus colegas (2011), los programas de aprendizaje socioemocional aumentan el rendimiento académico y disminuyen los problemas de comportamiento y ansiedad. Esto viene a confirmar lo que los maestros ya sabíamos: cuando el aula es un lugar seguro en el plano emocional, la motivación se enciende y el aprendizaje se construye con significado.

Y aunque hablar de educación emocional suene lejano, empieza por cosas sencillas. Un saludo sincero al comenzar la clase, unos minutos para preguntar cómo se encuentran o una pausa de respiración antes de un examen pueden cambiarlo todo.

En mi experiencia, las actividades cooperativas, las rondas de conversación y los espacios para compartir logros personales fortalecen la empatía y la autorregulación. Son gestos pequeños, sí, pero continuos, que crear comunidad, confianza. Tal como señala Taylor et al. (2017), cuando lo emocional y lo académico caminan juntos, el aprendizaje se vuelve mÔs profundo y duradero.

Nada cambia en la educación si los maestros no se comprometen. Con cada palabra y acción, moldeamos la forma en que nuestros alumnos aprenden a interactuar con el mundo. Nosotros, con cada palabra y acción, moldeamos la forma en que nuestros alumnos aprenden a interactuar con el mundo. Enseñar desde la empatía también exige cuidar de nosotros mismos, reconocer nuestras propias emociones y aprender a gestionarlas.

El ASE, ademƔs, no puede quedarse encerrado en el aula. Necesita el acompaƱamiento de las familias y el apoyo de toda la comunidad educativa.

Cuando la escuela y el hogar trabajan juntos para fortalecer la comunicación, la escucha y la colaboración, los resultados se multiplican. Como reconoce la OCDE (2015), las habilidades socioemocionales predicen el éxito futuro, incluso mÔs que las habilidades técnicas.

El aprendizaje socioemocional no es una tendencia pedagógica pasajera. Es una forma de entender la educación como un proceso profundamente humano. Formar personas emocionalmente inteligentes es formar ciudadanos mÔs empÔticos, mÔs responsables y mÔs conscientes del impacto que tienen en los demÔs.

En tiempos donde la incertidumbre y el estrƩs son parte del dƭa a dƭa, la escuela debe seguir siendo ese lugar donde aprender tambiƩn signifique sentir, compartir y cuidar. Educar desde lo socioemocional es, en definitiva, educar para la vida.

Referencias

CASEL. (2020). SEL Framework: The CASEL 5. Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning.
Durlak, J. A., Weissberg, R. P., Dymnicki, A. B., Taylor, R. D., & Schellinger, K. B. (2011). The impact of enhancing students’ social and emotional learning: A meta-analysis of school-based universal interventions. Child Development, 82(1), 405–432.
OECD. (2015). Skills for Social Progress: The Power of Social and Emotional Skills. Paris: OECD Publishing.
Taylor, R. D., Oberle, E., Durlak, J. A., & Weissberg, R. P. (2017). Promoting positive youth development through school-based social and emotional learning interventions: A meta-analysis of follow-up effects. Child Development, 88(4), 1156–1171.

Jannys HernƔndez Ureche

Arnold Francisco Dƭaz JimƩnez

Profesores del Departamento de Humanidades – Universidad De La Costa, CUC.

Invitado

Mgtr. Sonnyer MartĆ­nez Moreno – Profesor Universidad De La Costa, CUC.

Ā 

Vistas 2.770