El Efecto Lucifer en las Instituciones Educativas Colombianas: ¿Cómo Identificarlo y Frenarlo?
Mg. Rober de Jesús Miranda Acosta
Universidad de la Costa
Institución Educativa Politécnico de Soledad
¿Alguna vez te has preguntado por qué en algunas instituciones educativas se normalizan el abuso de poder, la violencia y la deshumanización? Esto puede explicarse a través del Efecto Lucifer, un concepto desarrollado por el psicólogo Philip Zimbardo. Este muestra cómo personas comunes pueden realizar actos de opresión y abuso cuando están inmersas en sistemas que lo permiten o lo incentivan. En Colombia, este fenómeno se refleja en el acoso escolar, el autoritarismo de algunos docentes, la violencia institucional y la reproducción de estructuras jerárquicas rígidas que generan miedo y sumisión en la comunidad educativa.
Este problema no se origina de la nada. Factores como la impunidad ante comportamientos agresivos, el uso excesivo de la disciplina coercitiva y la falta de formación en inteligencia emocional crean un ambiente propicio para el abuso de poder. En algunas instituciones educativas y universidades, prima la obediencia sobre el pensamiento crítico. Esto puede hacer que los estudiantes y docentes acepten o reproduzcan estas dinámicas sin cuestionarlas. En consecuencia, se forman espacios de aprendizaje donde el miedo y la desconfianza reemplazan el respeto y la colaboración.
Pero, ¿cómo podemos detener este ciclo? La solución no es solo castigar a quienes ejercen el abuso, sino transformar la cultura institucional desde sus bases. Es clave que los docentes reciban formación en pedagogía crítica, ética profesional y estrategias para resolver conflictos sin recurrir a la imposición o el maltrato. También es necesario que las instituciones establezcan protocolos claros de denuncia y protección para quienes se atreven a desafiar el abuso de poder. Sin mecanismos efectivos de control, el problema solo se mantendrá en la penumbra.
Por último, para evitar que el efecto Lucifer encuentre un terreno fértil se necesita la construcción de un ambiente democrático dentro de las instituciones educativas. Contextos donde los estudiantes puedan expresar sus inquietudes sin temor a represalias, donde los docentes sean líderes empáticos en lugar de figuras de autoridad inalcanzables. Promover la inteligencia emocional, el pensamiento crítico y la convivencia basada en el respeto mutuo es la clave para desactivar el Efecto Lucifer en nuestras aulas. Solo así podremos construir una educación más humana, justa y libre de opresión.
