La Calidad No Es Solo Un Sello: Es Una Cultura Que Se Forma

Cuando se habla de calidad en educación superior, muchas veces se piensa en procesos de acreditación, auditorías o indicadores. Y si bien estos elementos son importantes, la calidad no puede limitarse a cumplir con requisitos externos. En realidad, es una cultura que se construye día a día, en cada clase, en cada interacción, en cada decisión formativa.

Una institución que promueve la cultura de la calidad no es solo aquella que busca certificaciones, sino aquella que se pregunta constantemente: ¿estamos formando para responder a las necesidades del entorno? ¿Nuestros egresados están preparados para aportar valor desde sus disciplinas? ¿Nuestros procesos están centrados en el aprendizaje?

Desde el aula, la calidad se cultiva en prácticas sencillas, pero poderosas: la planificación rigurosa, la evaluación formativa, la retroalimentación constructiva, el uso de datos para mejorar, la innovación pedagógica y, sobre todo, el compromiso del docente con la mejora continua. También se refleja en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que se enseña y lo que se practica.

En la carrera de Ingeniería Industrial, hablar de calidad es especialmente relevante. Esta disciplina tiene en su núcleo el análisis de procesos, la optimización, la mejora continua y la toma de decisiones basadas en evidencia. Formar a los estudiantes con ese enfoque implica también desarrollar una actitud crítica y proactiva frente a los procesos académicos y administrativos de la institución. No basta con enseñar herramientas de calidad: hay que vivirlas.

La Universidad de la Costa ha incorporado este enfoque a través de su modelo educativo institucional, promoviendo una cultura orientada al aprendizaje significativo, la evaluación con sentido y la participación activa de los actores institucionales. Además, el trabajo articulado entre facultades, direcciones académicas y áreas administrativas permite avanzar en procesos de autorregulación que fortalecen la calidad desde adentro.

La cultura de calidad no es estática. Requiere liderazgo, participación y transparencia. Implica formar a estudiantes que no solo exijan calidad, sino que también la construyan. Estudiantes que se involucren en la autoevaluación, que participen en los procesos institucionales, que comprendan la importancia del rigor académico y la ética profesional.

En un país como Colombia, donde muchas instituciones aún enfrentan retos en cobertura, pertinencia y sostenibilidad, hablar de cultura de la calidad es una apuesta política y pedagógica. Porque formar con calidad es formar con responsabilidad, con visión de futuro y con compromiso social.

Autora: Nileth Acuña Jiménez

Bibliografía

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