La importancia de la lectura crítica en la formación del ciudadano del siglo XXI

En el mundo actual, la información circula rápidamente por todos lados, y con ella, la necesidad de que los ciudadanos no solo sepan leer, sino que lean con un propósito más profundo. La lectura crítica va mucho más allá de simplemente entender el texto; se trata de preguntarse ¿Por qué esto es importante? o ¿Qué intención tiene el autor al presentar esta información? Los estudiantes de hoy no solo necesitan aprender a leer, sino a hacerlo de manera reflexiva, cuestionando y analizando lo que leen. ¿Cómo podemos lograr esto en las aulas?

Si reflexiono sobre mi experiencia docente, me doy cuenta de que, para fomentar la lectura crítica, los estudiantes deben involucrarse activamente con los textos. ¿Cómo los involucramos más allá de la comprensión superficial? Aquí algunas estrategias que he encontrado útiles:

  1. Promover el debate y las discusiones: Después de leer un texto, suelo organizar debates donde los estudiantes comparten sus ideas, dudas y perspectivas. ¿Por qué es importante este enfoque? Porque el debate les obliga a pensar más allá del texto, a ver diferentes puntos de vista y, lo más importante, a justificar sus opiniones. Se trata de cuestionar, no solo de aceptar lo que se dice.
  2. Leer de manera comparativa: Les pido que lean dos o más textos sobre el mismo tema. Este ejercicio les permite ver las diferencias en cómo se presenta la información y a analizar las posibles razones de esas diferencias. No se trata solo de aprender el contenido, sino de entender quién dice qué, y por qué lo dice de esa forma.
  3. Enseñar a identificar los sesgos y las falacias: Uno de los mayores desafíos de hoy es que la información, a menudo, está cargada de opiniones y prejuicios. En clase, les enseño a preguntarse: ¿Este texto es imparcial? ¿Qué está dejando fuera de la conversación? ¿Hay alguna falacia lógica en lo que leo?
  4. Conectar el texto con la vida cotidiana: Al final, lo que quiero es que los estudiantes vean cómo lo que leen puede aplicar a su vida. ¿Qué me dice este texto sobre la sociedad en la que vivo? Esta reflexión les permite dar un sentido más profundo a lo que leen.

Si algo he aprendido a lo largo de los años es que la lectura crítica no es solo útil para el aula, sino que es esencial para la vida diaria, especialmente en una democracia. ¿Por qué es tan importante en un sistema democrático? Porque la democracia depende de ciudadanos capaces de tomar decisiones informadas, no basadas en rumores o informaciones superficiales. Los ciudadanos deben ser capaces de evaluar lo que leen, analizar los hechos y formar opiniones basadas en evidencia.

Cada vez más, veo que las fake news, las opiniones manipuladas y la desinformación están en todas partes. ¿Cómo podemos, como docentes, ayudar a nuestros estudiantes a navegar este mar de información? La lectura crítica es la respuesta. Cuando los estudiantes son capaces de reconocer los sesgos, las falacias y las intenciones detrás de lo que leen, se convierten en consumidores de información más responsables.

¿Es posible fomentar el pensamiento crítico en los niños pequeños? Claro que sí. El truco está en empezar desde temprano, en crear un ambiente donde cuestionar sea parte del proceso de aprendizaje. Desde que los niños comienzan a leer, les podemos enseñar que no solo deben entender las palabras, sino también preguntarse sobre el mensaje del texto. No es suficiente con simplemente leer una historia, sino con entender las motivaciones de los personajes, los valores que transmite la historia y las lecciones que se pueden aprender.

A medida que los niños crecen, podemos hacer que el cuestionamiento se vuelva más profundo, pidiéndoles que comparen textos, que discutan las intenciones de los autores, que reconozcan los puntos de vista contrapuestos. ¿Y qué pasa cuando los estudiantes desarrollan estas habilidades? No solo mejoran su comprensión lectora, sino que se convierten en pensadores independientes, capaces de cuestionar el mundo a su alrededor.

En resumen, la lectura crítica es una habilidad fundamental que debemos promover en las aulas, ya que va mucho más allá de simplemente comprender un texto. Como docentes, tenemos la responsabilidad de enseñar a nuestros estudiantes a cuestionar, analizar y reflexionar sobre lo que leen. La lectura crítica no solo forma mejor a los estudiantes, sino que también los convierte en ciudadanos responsables, comprometidos con una democracia basada en el pensamiento independiente. Al fomentar el pensamiento crítico desde temprana edad, estamos no solo educando a futuros profesionales, sino formando individuos que podrán enfrentar los desafíos del siglo XXI con una mente crítica y abierta.

Referencias

  • Freire, P. (1996). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI Editores.
  • Gee, J. P. (2014). An introduction to discourse analysis: Theory and method. Routledge.
  • Lankshear, C., & Knobel, M. (2011). New Literacies: Everyday practices and classroom learning. Open University Press.

 

Arnold Francisco Díaz Jiménez -Profesor Medio Tiempo.

Departamento de Humanidades.

Invitado

Mgtr. Sonnyer Martínez Moreno – Profesor Universidad De La Costa, CUC.

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