LOS GOBIERNOS ESCOLARES EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS

Mg. Rober de Jesús Miranda Acosta

Universidad de la Costa

Institución Educativa Politécnico de Soledad

La democracia en el ámbito educativo no solo es un principio normativo, sino un pilar fundamental para la formación de ciudadanos críticos y participativos. Es por esto que, los gobiernos escolares representan un espacio de gestión compartida en el que docentes, estudiantes, directivos y padres de familia contribuyen a la toma de decisiones dentro de la institución. Para Torres (2018), «el gobierno escolar constituye un ejercicio de formación ciudadana en el que los actores educativos asumen responsabilidades y compromisos dentro de la comunidad académica» (p. 45). Así, la implementación efectiva de estos organismos fortalece la autonomía escolar y fomenta la cultura democrática desde edades tempranas.

El funcionamiento de los gobiernos escolares se enmarca en un conjunto de principios que garantizan la participación y la corresponsabilidad en la educación. De acuerdo con Freire (2005), «el diálogo y la participación activa son esenciales para la construcción de una educación liberadora» (p. 89). Esto implica que los espacios de decisión en las instituciones deben trascender lo meramente normativo y convertirse en plataformas de transformación social. En el contexto colombiano, la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) establece que los gobiernos escolares deben promover la participación democrática, la gestión eficiente de los recursos y la construcción de ambientes educativos incluyentes y equitativos. Sin embargo, en la práctica, estos organismos enfrentan desafíos como la baja participación estudiantil y la limitada incidencia en la toma de decisiones estratégicas.

Para finalizar, los gobiernos escolares son una herramienta clave para la construcción de comunidades educativas más democráticas y participativas. Su fortalecimiento requiere no solo del cumplimiento normativo, sino también de una apuesta pedagógica que promueva la formación ciudadana crítica y el liderazgo responsable dentro de la escuela. Como lo afirma Dewey (1996), «la escuela debe ser un laboratorio de la democracia, donde los estudiantes no solo aprendan sobre derechos y deberes, sino que los ejerzan en la práctica cotidiana» (p. 112). De esta manera, el gobierno escolar no es solo un órgano administrativo, sino un escenario de aprendizaje que contribuye a la formación integral de los futuros ciudadanos.

 

Referencias

Dewey, J. (1996). Democracy and Education. Free Press.

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. Siglo XXI.

Torres, R. M. (2018). Educación y ciudadanía: La escuela como espacio de democracia. Editorial Latinoamericana.

 

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