Los jóvenes y su estigmatización social como etiquetas de la sociedad de cristal
En la actualidad, la estigmatización de los jóvenes se ha convertido en un fenómeno recurrente en el discurso social. La noción de que la juventud forma una «sociedad de cristal», frágil y extremadamente sensible, ha cobrado fuerza en los medios de comunicación y en círculos académicos. Este término a menudo viene acompañado de estereotipos que retratan a las nuevas generaciones como emocionalmente vulnerables, incapaces de enfrentar adversidades y desconectadas de la realidad social. Sin embargo, este concepto es simplista y no refleja las complejidades que definen a los jóvenes en el siglo XXI. Este ensayo examina de manera crítica la estigmatización social de los jóvenes en el contexto de la llamada sociedad de cristal, analizando cómo esta etiqueta evidencia la resistencia al cambio social y una falta de comprensión intergeneracional, al tiempo que subestima la capacidad de resiliencia y adaptación de las nuevas generaciones.
La «sociedad de cristal» como construcción social
El término «sociedad de cristal» se ha utilizado para describir a una juventud que se percibe como demasiado sensible y fácilmente afectada por críticas o contratiempos. Según León (2020), esta etiqueta refleja una tendencia a juzgar a los jóvenes desde una perspectiva de fragilidad, asociada a una supuesta incapacidad para manejar la crítica o la adversidad. A menudo, se usa para deslegitimar sus preocupaciones sobre problemas sistémicos como el cambio climático, la justicia social y la desigualdad económica. En lugar de reconocer el valor de su activismo y su demanda de un futuro más justo, se les estigmatiza como incapaces de enfrentar los desafíos de la vida adulta.
La creación de esta etiqueta pasa por alto los contextos culturales y económicos que han influido en las experiencias de la juventud actual. Como menciona Bauman (2013), las generaciones recientes han crecido en un entorno caracterizado por la incertidumbre laboral, la precariedad económica y la sobreexposición a tecnologías que, aunque amplían el acceso a la información, también aumentan el estrés y la ansiedad. En este sentido, la estigmatización de los jóvenes no es solo un problema de percepción social, sino un mecanismo que desvía la atención de los problemas estructurales que afectan a las nuevas generaciones.
El conflicto intergeneracional y la resistencia al cambio
Una de las razones por las que se estigmatiza a los jóvenes es el conflicto entre generaciones. Las generaciones anteriores, especialmente los «baby boomers» y la generación X, a menudo muestran actitudes de rechazo hacia las maneras en que los jóvenes enfrentan los problemas sociales. Según Arnett (2015), las diferencias en los valores, que surgen de contextos históricos y sociales diferentes, crean tensiones que se manifiestan en juicios negativos sobre la juventud.
La idea de una «sociedad de cristal» también puede interpretarse como una forma de resistencia al cambio. Los jóvenes han demostrado un fuerte compromiso con la justicia social, el feminismo, el activismo medioambiental y los derechos de las minorías, movimientos que desafían el statu quo. Según Milner (2021), calificar a los jóvenes como frágiles es una táctica para deslegitimar estas causas y restarles importancia. Esta estigmatización refuerza una narrativa que prioriza la estabilidad sobre la transformación social, evitando así la necesidad de abordar cambios profundos en las estructuras políticas y sociales.
Resiliencia juvenil y adaptación
En contraste con la percepción de una juventud débil, diversos estudios apuntan a que los jóvenes han desarrollado habilidades de resiliencia y adaptación frente a los retos contemporáneos. Como señala García (2018), la capacidad de los jóvenes para ajustarse a un mundo en constante cambio, lleno de incertidumbres económicas y sociales, desafía la idea de fragilidad. Lejos de ser incapaces de enfrentar la adversidad, han aprendido a manejar situaciones de precariedad, fomentando nuevas formas de sociabilidad y solidaridad en el proceso.
Los jóvenes han mostrado ser agentes de cambio social en varios aspectos. Movimientos como Fridays for Future, liderados por adolescentes y jóvenes adultos, demuestran la habilidad de organización y la perseverancia de las nuevas generaciones para enfrentar problemas globales como el cambio climático. La movilización juvenil en redes sociales también ha contribuido a una mayor conciencia política y a una participación más activa en causas sociales, evidenciando un enfoque proactivo y resiliente ante los problemas contemporáneos (Castells, 2012).
La estigmatización social de los jóvenes como una «sociedad de cristal» refleja una falta de entendimiento sobre las complejidades que enfrentan las nuevas generaciones y un intento de deslegitimar sus demandas de cambio social. Esta etiqueta es un claro ejemplo del conflicto intergeneracional y de la resistencia de las generaciones anteriores a reconocer los problemas sistémicos que afectan a los jóvenes. Sin embargo, la realidad es que las nuevas generaciones han mostrado una notable capacidad de resiliencia y adaptación ante contextos adversos. En lugar de seguir perpetuando estigmas, es esencial reconocer el papel activo de los jóvenes en la transformación social y apoyar sus esfuerzos por construir un mundo más justo y equitativo.
Referencias
Arnett, J. J. (2015). Emerging adulthood: The winding road from the late teens through the twenties. Oxford University Press.
Bauman, Z. (2013). Liquid modernity. Polity Press.
Castells, M. (2012). Networks of outrage and hope: Social movements in the Internet age. Polity Press.
García, A. (2018). Resiliencia juvenil en tiempos de incertidumbre: Adaptaciones y resistencias. Revista de Psicología Social, 33(2), 105-118. https://doi.org/10.1080/02134748.2018.1445667
León, P. (2020). La sociedad de cristal: Mito o realidad. Cuadernos de Sociología Contemporánea, 27(1), 45-61. https://doi.org/10.22322/csc.v27i1.789
Ana Maria Miranda Tapias. Coordinadora de formación Integral, vinculada a la Institución Educativa Departamental Rural de Cantagallar (Piñón- Magdalena)
Reinaldo Rico Ballesteros. Docente tiempo completo Universidad de la Costa. Adscrito al Departamento de Humanidades (Barranquilla). Docente Institución Educativa Oficial Ondas del Caribe. (Santa Marta) Adscrito al área de Ciencias Sociales (Historia, filosofía, economía y política)
