Recordando la teoría de inteligencias múltiples de Howard Gardner (1983), que  define inteligencia como la capacidad para resolver problemas ; y teniendo lo declarado por la Unesco en su agenda 2030, en la que se señala la importancia de las  competencias de análisis crítico y reflexión sistémica para el profesional del futuro, entonces se puede comprender que en la actualidad,  las universidades a nivel mundial se hayan ocupado en generar una cultura de un  pensamiento matemático; pues el eje central de las competencias matemáticas es la resolución de problemas, lo que esta articulado con un análisis crítico, reflejado en una  reflexión lógica y el pensamiento algorítmico, necesarios para enfrentar  los desafíos del desarrollo de la inteligencia artificial, por lo que el pensamiento matemático, es una llave para el desarrollo de la ciencia y tecnología del futuro.

En lo relacionado con el pensamiento sistémico para comprender el funcionamiento de un sistema, haciendo énfasis en la observación del todo y no de su parte, las matemáticas, no solo desarrollan la capacidad de manejar el lenguaje simbólico y los sistemas matemáticos formales, para poder manejar diferentes representaciones de entidades matemáticas, relacionadas con la programación y de fuentes Big Data, propias del mundo digital del futuro; sino que posibilitan la capacidad de  modelar contextos según las necesidades deseadas, dentro de restricciones económicas, ambientales, sociales, políticas, éticas, salud y seguridad, manufactura y sostenibilidad.

En atención a los planteamientos anteriores, el desarrollo tecnológico de hoy demanda de una nueva aproximación a los procesos de enseñanza-aprendizaje de las matemáticas que puedan contribuir en la formación integral y holística del ciudadano, permitiéndolo poder abordar las problemáticas de contexto con los elementos suficientes que le posibiliten caracterizar de forma excelente el objeto de estudio y tomar decisiones con sentido de responsabilidad hacia las generaciones presentes y futuras.

Feb. 2022.
Por: Marcial Conde Hernández. Docente Investigador.